lunes, 3 de octubre de 2011

SINDROME DE BIBERON

Las bebidas que contienen azúcares y/o sustancias ácidas y que son consumidas aún después del primer año de vida del niño con biberón, con bastante frecuencia y en grandes cantidades.

Tienen como consecuencia la aparición de trastornos cariosos en todos los dientes del niño o “Síndrome del biberón”.

En los lactantes, la lesión más frecuente es la caries por biberón, que aparece como consecuencia de la continua succión de azúcares.

También los chupetes con miel o endulzados provocan múltiples caries.

Frecuentemente los padres pasan por alto las lesiones cariosas provocadas por la succión del biberón, porque las cavidades están cubiertas habitualmente por placa bacteriana.

 Recién se dan cuenta y se sorprenden cuando un diente se fractura tan sólo por el efecto de la fuerza de la masticación.

Las caries por biberón se manifiestan primero en los dientes y molares del maxilar superior, porque el niño al succionar baña primero toda esta zona.

 Y posteriormente aparecen en los del maxilar inferior, que resisten más tiempo por la protección de la lengua y la saliva.

En el síndrome de la caries por biberón están alterados no sólo las estructuras dentarias, sino todo el organismo.

El estado general se ve perjudicado y aparece fiebre.

Se produce la invasión de los tejidos corporales por parte de los microorganismos procedentes de dientes afectados por la caries y con abscesos.

Otro síntoma es la pérdida del apetito y la nutrición deficiente como consecuencia de la sobrecarga de bebidas dulces.

El exceso de líquido que conlleva estar bebiendo permanentemente del biberón sobrecarga, además, los riñones del niño.

Los jugos de fruta, la leche, los jugos vitaminados, las infusiones instantáneas, las bebidas cola o limonadas y las leches con cacao instantáneo, son algunas de las causantes responsables de la caries por biberón.

 Pues todas ellas contienen azúcar y se consumen día y noche.

Por ello debe evitarse dar a los niños bebidas infantiles de manera permanente e ilimitada.

Los padres deben saber que si le entregan al niño en su cuna el biberón con leche u otro líquido azucarado y el bebé tiene edad para sostenerlo, llevarlo y retirarlo de su boca, el niño jugará con él durante horas.

Succionando y descansando a intervalos que él mismo regulará.

Como el lactante está acostado, el líquido quedará estacionado en la parte posterior y anterior, sobre los dientes del maxilar superior.

Si esto sucede, las caries aparecerán antes del año; son caries de proceso rápido y, dejadas libremente a su evolución, destruyen primero el esmalte y luego la corona del diente.

No es más que aquellas caries que se observan en niños de dieciocho meses a dos años y medio, específicamente en la zona anterior de los incisivos superiores, que se caracteriza por destrucción parcial o total de éstos.

Para evitarlo se recomienda que al niño se le de su biberón y luego se le cepillen los dientes con cualquier pasta dental.

Si se observa que los dientes están muy pegaditos, le pasa un hilo de seda dental y luego se cepilla; en caso de rebeldía en el niño, se le da un poco de agua para que se enjuague.

 Y así no le quede resto de leche en la boca, hasta que tome el hábito de cepillarse, sobre todo en las noches, siendo ésta la más importante.

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